sábado, 19 de diciembre de 2015

Reflexión 3: Y créeme que lo siento.

Y créeme que lo siento.
Los ataques fueron tan horribles que mi escudo no cede. Tan solo es una chapa dorada con rasguños y delicadas cicatrices.

Siento mis continuos rechazos, pero no puedo confiar en nadie ahora. Y menos en ti... No pienses que te odio, porque no es así. No digas que no te quiero, porque si lo hago.

Maldita armadura… y maldito escudo. Arrogante espíritu e imbécil coraje.




F.S.F



No hay comentarios:

Publicar un comentario